Húsavík, Godafoss, Akureyri, Tröllaskagi y Glaumbær.
Uno de las actividades que llevábamos planificadas en nuestro Road Trip por Islandia consistía en avistar ballenas en Husavik. Y quizá porque nos habíamos conformado demasiadas expectativas o no habíamos leído suficientes opiniones en blogs y foros, pero la experiencia resultó ser un poco chasco. Y no por "culpa" de la agencia que organiza la actividad, North Sailing, sino porque realmente no se ven ballenas... más allá de la cola, de una aleta y poco más.
La actividad empezó a las 8,30h de la mañana y tuvo una duración total de 2h. Nos suministraron unos trajes impermeables y corta vientos para que la experiencia en alta mar sea más llevadera. Empezamos a adentrarnos mar adentro hasta que encontramos una ballena (mejor dicho, sus extremidades).
Al finalizar la actividad, y ya de regreso al muelle, nos dieron un vasito de chocolate y una especie de churro. Yo no pude probarlos, estaba tan mareada de las dos horas de idas y venidas del barco que tenía el estómago absolutamente revuelto. Desde nuestro punto de vista, la experiencia es totalmente prescindible. O al menos, si la hacéis NO os esperéis ver ballenas como tal.
Con el estómago más estable, pusimos rumbo a la cascada de Godafoss. La cascada tiene unos 12 metros de altura y unos 30 metros de largo. Es un precioso salto de agua partido en su centro por una roca de la que cae un chorro por su parte central que le da un aire místico. Pertenece al río Skjálfandafljót, que con sus 180 Km es el cuarto más largo del país.
Y tras contemplar la última de las grandes cascadas en nuestro Road Trip por Islandia nos dirigimos a Akureyri, la capital del norte de Islandia.
La ciudad es pequeña pero su centro coqueto y lleno de pequeños edificios de colores le da un encanto especial a esta pequeña ciudad. Entre los monumentos destacados encontramos la iglesia de Akureyrarkirkja que puede verse desde casi toda la ciudad y de la que destacan en su interior las ventanas y vidrieras.
Y tras visitar Akureyri pusimos rumbo a la península de Tröllaskagi, localizada entre los fiordos de Eyjafjörður y Skagafjörður. El objetivo que nos marcamos fue realizar la ruta por la costa desde Akureyri hasta Varmahlio, y os podemos garantizar que la experiencia fue espectacular.
La península Tröllaskagi se presenta repleta de montañas, profundos valles y algunos glaciares, pero si destaca por algo es por sus pequeños pueblos típicos islandeses.
Entre ellos destacan:
En 2010, Siglufjörour se comunicó mediante un túnel hasta Ólafsfjörður. La carretera entre Siglufjörður y Dalvik es conocida por sus dos túneles de sentido único, por lo que prestar especial atención en este tramo ya que encontraréis circulación.
Ólafsfjörður y Dalvík son dos pequeños pueblos cuya actividad económica recae sobre la industria pesquera. Dalvík se ha hecho famoso por albergar de forma anual el Festival del Pescado, Fiskidagurinn Mikli, que se celebra durante el mes de agosto.
Allí encontraréis Glaumbær, una granja del siglo XIII con una serie de pintorescas casitas con sus tejados de hierba. Otra de las cosas que podéis hacer es acercaros hasta la iglesia. Se dice que allí está enterrado Snorri Porfinnsson, el primer europeo nacido en Norteamérica en el año 1004.
Y después de un día tan intenso, decidimos irnos a dormir y descansar ya que los siguientes días los pasaríamos explorando los Fiordos del Oeste.