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diciembre 2017
Combarro, pueblo marinero encantador.
Combarro, uno de los pueblos marineros más bonitos de Galicia, te llamará la atención por sus 60 hórreos de piedra y sus altos cruceiros.
Cuando nosotros visitamos este encantador pueblo, se celebraba la fiesta del mejillón. En la plaza Chousa, a modo de feira, había dispuesta una carpa en la que poder degustar este delicioso molusco de distintas formas culinarias. Nosotros nos decantamos por unos mejillones a la marinera y dos vasos de viño do país. Todo este amenizado por una banda de gaiteros, que hicieron súper auténtica la experiencia.
El centro histórico de Combarro es muy pequeñito, pero precisamente eso, y su gran estado de conservación, le impregnan de una magia especial (será por eso de estar en tierra de meigas). Este precioso pueblo marinero se extiende a orillas de la ría de Pontevedra, junto a la carretera que te lleva hacia O Grove, y a apenas cinco kilómetros de la capital.
En la misma plaza de Chousa podréis contemplar un conjunto de dos hórreos, elemento arquitectónico utilizado en los pueblos de Galicia y Asturias como granero o despensa.
Originalmente los hórreos se construían adyacentes a las casas para uso agrícola con el fin de secar, curar y guardar el maíz y otros cereales antes de desgranarlos y molerlos. Estos eran construidos con cañas trenzadas y techo de paja, aunque posteriormente se pasó a utilizar la piedra y la madera, elementos que les han permitido conservarse hasta la actualidad.
Si subimos las escaleras de piedra que dan acceso a la rúa de San Roque, llegas a la pequeña iglesia parroquial del mismo nombre, la cual también está construida en piedra.
A medida que avances por la calle de San Roque irás contemplado gran variedad de hórreos, a cual más bonito. Cabe reseñar que en la actualidad el pueblo se ha vuelto muy turístico, por lo que encontraréis esta calle abarrotada de restaurantes y tiendas de souvenirs. Y pese a que le restan un poco de autenticidad al lugar, el encanto sigue impregnado en esencia.
Más allá de los hórreos también podréis contemplar típicas casas de pescadores, conocidas como casas mariñeiras, con balcones de madera y elementos colgantes dignos de fotografiar.
La calle de San Roque da paso a la plaza de la Fuente (también de piedra) y, finalmente, a la playa de Padrón, desde donde tienes una de las más típicas panorámicas de Combarro, con la antes citada sucesión de hórreos mirando hacia la ría.
Shopping y turismo rural en Andorra.
A Rubén y a mí nos gusta, al menos una vez al año, hacer un sube y baja a Andorra. Acostumbramos a ir en época navideña por aquello de comprar aquel regalito, encargo de Santa Claus.
Sí que es cierto, que el país andorrano ya no es lo que era en cuanto a “shopping”. Salvo artículos de perfumería, farmacia, bebidas y tabaco, que todavía sigue valiendo la pena comprarlos en Andorra, el resto de artículos tiene el mismo precio que en España.
Nuestro hábitat de actuación es Andorra la Vella. Recorremos l’avinguda Meritxell y el carrer Carlemany, entramos en el centro comercial la Illa, y como aquel que no quiere la cosa, el día ya ha pasado.
Para comer, aunque alejado de la zona centro, en dirección las pistas de esquí Borda Girao, en Arinsal, os recomendamos comer en Surf Arinsal Restaurante. La especialidad es la carne argentina, y en especial la entraña. Aunque tienen otros excelente platos como lasaña o huevos estrellados. Mmm… solo de recordarlo se nos hace la boca agua.
Siempre que podemos, cuando visitamos El Principat, aprovechamos para descubrir algún enclave nuevo. Esta vez visitamos Os de Civís.
A Os de Civís solo se puede acceder por carretera desde San Julià de Llòria, en territorio andorrano, y la comunicación directa con el resto del municipio, que se encuentra en la vertiente catalana del río Valira, es a través del coll de Conflent, de 2.150 metros de altitud.
Por lo que como habréis podido deducir, Os de Civís es una población catalana que pertenece al municipio Les Valls de Valira (Alt Urgell), al cual solo se puede acceder desde Andorra ¡curioso, verdad!
El pueblo es uno de los más bellos y mejor conservados del pirineo catalán en el que todavía pueden verse casas medievales. Os recomendamos subir hasta la iglesia románica de Sant Pere y Santa Margarida, que antiguamente había sido un castillo, desde la que, además, podréis obtener unas magníficas vistas al entorno natural.

Os de Civís dispone de un hostal restaurante en el que se come de maravilla. Nos dejamos llevar el magnífico olor a brasa que salía de sus chimeneas y realmente acertamos. Disponen de un menú cerrado de 20€, con primero, parrillada de carne y postre. Os recomendamos reservar porque se pone de gente hasta arriba.
Adyacente al restaurante hay una tienda de souvenirs que perecen a los mismos propietarios del hostal en el que podréis comprar algún recuerdo del pueblo, así como también degustar productos de la tierra. A nosotros nos dieron a probar “llonganisa” (una longaniza de jabalí) y varios quesos, por lo que no nos pudimos resistir a comprar la “llonganisa”, ¡estaba de rechupete!