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VISITANDO ORCHHA CAMINO DE KHAJURAHO
Viaje a la India. Parada en Orchha.
Procedentes de Agra llegamos a Janshi después de un trayecto de alrededor 4 horas en tren.
Hemos de confesar que la experiencia en tren fue mucho mejor de lo esperado. Viajamos en clase AC 2, ya que amigos y conocidos nos había recomendado que no viajáramos en una categoría inferior. Por lo que nosotros también os la recomendamos.
Nos tocó compartir compartimento con una pareja de abuelos indios muy educados, pero que no paraban de comer. Rubén y yo estábamos hambrientos… y nos tuvimos que conformar con comernos unos frutos secos que nos habíamos traído desde España para situaciones de emergencia. ¡Y esto, estaba claro, era una emergencia, jeje!
En cuanto llegamos a la estación de Janshi, un nuevo conductor nos estaba esperando. La verdad es que Jack nos había dejado huella, y con este chico (joven y algo borde) no acabamos de congeniar. Tanto es así, que no nos acordamos de su nombre…
El trayecto en coche entre la estación de Janshi y Orchha se nos hizo eterno. Llegamos al hotel a media tarde reventados, así que decidimos estirarnos un rato antes de ponernos en marcha a conocer Orchha.
Y tras la siesta empecé a encontrarme algo indispuesta. Tenía la sensación de que me había empachado con los frutos secos. Sin darle mayor importancia salimos del hotel para dar una vuelta por las calles de Orchha, ya que las vistas desde nuestro hotel eran un fiel reflejo de lo que es India, ¡menuda pobreza!
Habíamos decidido incluir Orchha en nuestro itinerario de viaje porque habíamos leído en muchos blogs que se trataba de un lugar tranquilo, sin muchas aglomeraciones en el que volver a coger fuerzas y alejarse del bullicio de las grandes ciudades.
Situada al lado del río Betwa, sus puntos de interés a visitar son los castillos Jehangir Mahal y Raj Mahal, y el templo hindú Ram Raja.
En el centro de Orchha se encuentra el mercado que abre a diario donde poder comprar algunos enseres y víveres varios. Y mientras paseábamos por el mercado, se fue la luz de todas las calles. Y al no estar cómodos y yo empezar a sentirme muy pero que muy indispuesta, decidimos dar el día por finalizado.
Y como podéis imaginar yo también caí enferma, cual mosca. Vómitos y más vómitos, y así sucesivamente durante toda la noche y el consiguiente día, ¡una pesadilla! No toleraba el suero y me dolía hasta el alma de tanto vomitar… incluso llegué a plantearme la posibilidad de adelantar nuestro regreso a España. Finalmente, tanto Cristina como Rubén consiguieron calmarme, y tras descansar todo el día y cesar los vómitos me vi con ánimos de continuar.
Por lo que no pudimos visitar Orchha como nos hubiese gustado, fue un paso fugaz y accidentado.
Hemos de confesar que la experiencia en tren fue mucho mejor de lo esperado. Viajamos en clase AC 2, ya que amigos y conocidos nos había recomendado que no viajáramos en una categoría inferior. Por lo que nosotros también os la recomendamos.
Nos tocó compartir compartimento con una pareja de abuelos indios muy educados, pero que no paraban de comer. Rubén y yo estábamos hambrientos… y nos tuvimos que conformar con comernos unos frutos secos que nos habíamos traído desde España para situaciones de emergencia. ¡Y esto, estaba claro, era una emergencia, jeje!
En cuanto llegamos a la estación de Janshi, un nuevo conductor nos estaba esperando. La verdad es que Jack nos había dejado huella, y con este chico (joven y algo borde) no acabamos de congeniar. Tanto es así, que no nos acordamos de su nombre…
El trayecto en coche entre la estación de Janshi y Orchha se nos hizo eterno. Llegamos al hotel a media tarde reventados, así que decidimos estirarnos un rato antes de ponernos en marcha a conocer Orchha.
Y tras la siesta empecé a encontrarme algo indispuesta. Tenía la sensación de que me había empachado con los frutos secos. Sin darle mayor importancia salimos del hotel para dar una vuelta por las calles de Orchha, ya que las vistas desde nuestro hotel eran un fiel reflejo de lo que es India, ¡menuda pobreza!
Habíamos decidido incluir Orchha en nuestro itinerario de viaje porque habíamos leído en muchos blogs que se trataba de un lugar tranquilo, sin muchas aglomeraciones en el que volver a coger fuerzas y alejarse del bullicio de las grandes ciudades.
Situada al lado del río Betwa, sus puntos de interés a visitar son los castillos Jehangir Mahal y Raj Mahal, y el templo hindú Ram Raja.
En el centro de Orchha se encuentra el mercado que abre a diario donde poder comprar algunos enseres y víveres varios. Y mientras paseábamos por el mercado, se fue la luz de todas las calles. Y al no estar cómodos y yo empezar a sentirme muy pero que muy indispuesta, decidimos dar el día por finalizado.
Y como podéis imaginar yo también caí enferma, cual mosca. Vómitos y más vómitos, y así sucesivamente durante toda la noche y el consiguiente día, ¡una pesadilla! No toleraba el suero y me dolía hasta el alma de tanto vomitar… incluso llegué a plantearme la posibilidad de adelantar nuestro regreso a España. Finalmente, tanto Cristina como Rubén consiguieron calmarme, y tras descansar todo el día y cesar los vómitos me vi con ánimos de continuar.
Por lo que no pudimos visitar Orchha como nos hubiese gustado, fue un paso fugaz y accidentado.
Acerca del autor
Sílvia: apasionada de la literatura y el arte (¡y coleccionista de zapatos!), y una de mis cualidades es la escritura, que en dosmaletas se ve reflejada en cada uno de los post.
Rubén: entusiasta de la fotografía y las nuevas tecnologías por lo que mi cámara reflex siempre me acompaña para capturar instantes y dar vida a las entradas de Sílvia. Coleccionista de gorras militares.
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