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abril 2017
Florencia, la ciudad de la cultura.
Aprovechando el puente de la segunda Pascua, pusimos rumbo a una de los destinos que me moría de ganas por visitar: La Toscana.
Aterrizamos en el aeropuerto de Pisa, y antes de visitar esta bella ciudad, cogimos un tren rápido que nos llevaría directos hasta Florencia.
Florencia o Firenze, como la llaman los italianos, es una pequeña y bella ciudad que emana cultura por todas sus calles y que ofrece a los visitantes una gran variedad de museos y galerías de arte.
Tras dejar las maletas en el hotel, buscamos en Tripadvisor algún restaurante para comer. Como estábamos en Italia, los filtros de búsqueda estaban clarísimos “pasta/pizza”, y el resultado fue espectacular: Trattoria pizzeria da nasone. Os recomendamos esta trattoria al 100%. Con horno de leña hacen la masa de la pizza como nos encanta, estilo napolitano. Mmmm, solo de recordar lo buenas que estaban se me hace la boca agua.
Con las pilas cargadas a tope, pusimos rumbo a la Piazza del Duomo, en la que se encuentra su famosa Catedral, el Campanile de Giotto y el Battistero di San Giovanni.
Nosotros compramos la entrada combinada de 15€ que incluye el acceso a la catedral, la cúpula, el baptisterio, la cripta, el campanile y el Museo de la Ópera del Duomo.
Tras contemplar semejantes maravillas, pusimos rumbo a la Plaza de la República, la plaza más grande de la ciudad para llegar a la Fontana del Porcellino en la que, tras acariciar al conocido jabalí de bronce, nos aseguramos volver a Florencia.
A continuación nos dirigimos a la Piazza della Signoria, uno de los lugares más animados de la ciudad, y una de las plazas que más nos gustaron. Repleta de gente, cada uno de sus rincones merece la pena.
Y para finalizar el día, y tras dejar atrás la plaza, atravesamos el Piazzale degli Uffizi hasta llegar al río Arno, sobre el que se alza el Ponte Vecchio. Aquí nos compramos el mejor helado que hemos probado en nuestra vida (¡también el más caro!).
El segundo día en Florencia lo iniciamos bien prontito visitante la Galería Uffizi, admirando obras de Botticelli, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Rafael,Tiziano… La visita os llevará 4h buenas, y sin poder pararos en cada obra para contemplarla al detalle. Nosotros os recomendamos comprar las entradas con antelación, ya que de este modo os evitaréis una larguísima cola.
Al salir de la Galería cruzamos el río en dirección a la Piazzale Michelangelo. Nosotros subimos caminando hasta arriba, aunque podéis coger los autobuses 22 o 23. Las vistas de la ciudad desde lo alto son únicas.
Y nuestras 48h en la ciudad del arte habían llegado a su fin. Comimos de nuevo en la Trattoria pizzeria da nasone (no pudimos resistirnos), cogimos nuestro equipaje y ¡pusimos rumbo a Pisa!
Viajar a Maldivas desde España (2 de 2).
Y tras 3 días en Dhiffushi nos fuimos a Thulusdoo. A 45 minutos en Ferry (sale a las 6.30h), Thulusdhoo es también una preciosa isla local, que si cabe todavía nos gustó más que Dhiffushi.
Thulusdhoo es una isla de apenas 700 metros de largo por 400 metros de ancho. Dispone de varios guesthouse, casi todos ubicados a pie de playa, varios pequeños supermercados locales, una pizzería regentada por unos británicos, y una cafetería que ofrecen comida local a buen precio.

Nosotros nos alojamos en el Guesthouse Kahanbu Ocean View, y la estancia fue perfecta. La habitación, con salida a la zona ajardinada, tenía todo lo que necesitábamos y el servicio fue excepcional. Su propietaria, Juliene, fue un auténtico encanto con nosotros. El desayuno un auténtico espectáculo: zumos de frutas, café moca italiano, bizcochos caseros hechos por ella, mermelada, chocolate, nutella... ¡mmmm delicioso! Realizamos una cena y una comida con ella y nos ofreció comida italiana: espaguetis, macarrones... y pescado fresco. Todo buenísimo. El jardín adyacente a las habitaciones está decorado con delicadeza y con muchísimos detalles: una gran mesa de madera para desayunar, hamacas en todas sus variantes, sillas... así como una zona de playa con hamacas, casi al lado de la bikini beach.


En Thulusdhoo contratamos nuestras inmersiones con el centro de buceo Sea Retreats Dive and Water Sports Center. Realizamos con ellos varias inmersiones y la experiencia fue fantástica. Nuestra Dive Master, Pauline, se adaptó en todo momento a nuestras necesidades. Te preparan ellos el equipo, y disponen de barco propio para poder realizar las inmersiones en zonas más alejadas a la isla. Os recomendamos al 100% bucear con ellos ya que todo salió fenomenal. Bajo el mar disfrutamos de tortugas, mantas, papagayos... como en todas las Maldivas, una experiencia única.
Y tras 3 días en Thulusdoo nuestras mini vacaciones en las Maldivas llegaron a su fin. Con muchísima pena y con el convencimiento firme de que regresaremos (y algo me dice que más pronto que tarde).